Esta sucesión fue descrita en Europa por Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII también conocido como Fibonacci. El concepto fundamental de la sucesión de Fibonacci es que cada elemento es la suma de los dos anteriores.
Lo interesante de las series de Fibonacci es que prácticamente cualquiera (con la sola condición de que domine la aritmética básica) puede investigarlas, descubrirles nuevas propiedades y desarrollar teoremas propios, inéditos y curiosísimos sobre ellas.
Entre las muchas curiosidades de las series de Fibonacci, una de las más extrañas propiedades de las mismas es que la razón entre cada par de números consecutivos va oscilando por encima y por debajo de la razón áurea, y que a medida que avanzamos en la serie, la diferencia de la razón de Fibonacci con la razón áurea se va haciendo cada vez menor. En teoría, cuando llegásemos al último par de números, resultaría (inf / inf - 1) = 1,61803... que es, precisamente, la razón áurea.
Sin embargo, recordemos el nombre de Leonardo de Pisa, Fibonacci, no tan sólo por estos bellos e intrigantes objetos matemáticos, sino como el clarividente pensador que nos obsequió con el cero (el sistema numérico romano carece de él) y el uso del mejor sistema de numeración que se conoce, los caracteres hindoárabes.